A veces pasan cosas que me dan mucho que pensar y hoy ha pasado algo que me ayuda a dar un paso más hacia valorar ciertas cosas y quitarle importancia a otras. Cada día me doy más cuenta de lo importante que es rodearse de gente que valga la pena, aunque signifique que ese círculo de amistades sea muy pequeño...tendré conocidos y compañeros de trabajo, pero verdaderos amigos no tantos. Solo hay 2 personas en las que confío ciegamente y son mi madre y mi hermana, y sé que confiar en cualquier otra persona como confío en ellas sería un error.
Sin embargo, hay un instinto en mi que me empuja con una fuerza incontrolable hacia ti constantemente. No sé si es que te tengo idealizado (creo que no) o que lo que siento por ti solo me deja ver lo bueno (también creo que no) pero el caso es que te quiero a mi lado, te quiero a mi lado exageradamente y que nunca nunca te vayas lejos. Me inspiras serenidad, protección, felicidad, fuerza y confianza y siento que no necesito nada más que eso. Puede que seamos distintos en muchas cosas pero al final del día, para mí, lo verdaderamente importante es lo que tú me aportas. Cada día que pasa estoy más segura de ello, y aunque tenga días de bajón, en los que me invada un miedo terrible solo de pensar que cabe la posibilidad de que en algún momento, cercano o lejano, te quieras ir lejos, muy lejos de mi lado, la mayor parte de los días me levanto con ganas de demostrarte que esto que exijo de los que me rodean, también estoy lista para ofrecerlo.
Puede que haya pagado un precio demasiado caro por aprender esta lección, pero en el fondo estoy agradecida de haberla aprendido tan pronto, ya que tengo 21 años y la vida entera por hacer, porque me ha enseñado a por lo menos intentar rodearme de personas valiosas.
Ayer leí que Shakespeare dijo "Siempre soy feliz, ¿Sabes por qué?, Porque nunca espero nada de nadie, esperar siempre duele". Es una frase que me pareció 1. triste y 2. mentira. Mentira porque inevitablemente y por muy desconfiado que seas, siempre terminas esperando cosas de la gente, inconscientemente y sin darte cuenta esperas recibir lo mismo que tú das. Y triste porque tener que vivir sin esperar nada de nadie significa que estás rodeado de gente a la que verdaderamente no le importas. A lo mejor es un pensamiento muy idealista, pero quiero pensar que no tendré que llegar a pensar así nunca porque por lo menos de 3 personas si que podré esperar cosas. De mi madre y mi hermana ya lo hago y quién sabe (ojalá que sí), de mi pareja.